Arquitectura vernácula: Vivir dentro de la montaña
Un poco de historia
Al sur de Túnez se encuentra un pequeño pueblo en el cual podemos apreciar cómo el hombre construyó, desde tiempos remotos, con lo que tenía al alcance de su mano. O mejor dicho, con lo que había debajo de sus pies: tierra.
En este artículo me propongo reflexionar acerca de las casas trogloditas, es decir, viviendas que fueron cavadas dentro de la montaña. Este tipo de construcción cumple todos los requísitos de la arquitectura sustentable.
¿Por qué vivían dentro de la montaña?
En Matmata el modelo de construcción fue desarrollado con la influencia de las condiciones naturales externas. Esta situación dio lugar al desarrollo y la construcción de las casas trogloditas de las cuales hablo en este post, lo que también se conoce como arquitectura vernácula.
En primer lugar, la aislación térmica era fundamental para poder habitar estas tierras, ya que el calor del clima sahariano es extremadamente hostil. En segundo lugar, debían ocultarse y camuflarse con el entorno para no ser vistos por posibles invasores.
Teniendo en cuenta estos dos factores, los pobladores excavaron la montaña hasta formar un gran pozo o agujero, el cual posteriormente se convertiría en el patio central de la vivienda y desde el cual se cavaría el resto de las estancias hacia sus lados.
La arenisca montañosa de esta región es suficientemente suave como para trabajarla con facilidad, al mismo tiempo que posee excelentes condiciones de durabilidad.
A su vez, la tierra mejora el confort térmico de los espacios internos ya que hace descender la temperatura alrededor de seis grados centígrados abruptamente.
Como mencioné anteriormente, este tipo de construcción también fue un recurso excelente para defenderse de los enemigos. Las habitaciones no eran visibles desde el exterior dado que se encontraban a sendos lados del patio y ventilaban a través del mismo, por lo que la vivienda quedaba totalmente oculta dentro de la montaña.
El patio central, que medía alrededor de ocho metros de profundidad por diez de diámetro, también funcionaba como zona de reunión para actividades comunitarias. En algunos casos sus habitantes construían un pozo de agua, o plantaban un árbol en el centro.
Sistema constructivo de las casas trogloditas
Materiales y fundamentos
Para construir los techos de las habitaciones, como así también las puertas y ventanas, utilizaban madera proveniente de los abundantes olivares de la zona. La estructura de los cielorrasos era abovedada ya que debía soportar el peso de la tierra, al mismo tiempo que aislaba la vivienda de filtraciones de agua.
En un segundo nivel respecto al patio, se construían habitaciones más pequeñas para guardar los granos de las cosechas. A estos pequeños almacenes les hacían una abertura superior que comunicaba con el suelo exterior de la montaña por donde arrojaban los granos.
Cuando estuve en Matmata, percibí la increíble belleza del lugar con su paisaje infinito, su inalcanzable horizonte y sus vívidos colores amarillos, anaranjados y marrones.
Al mismo tiempo, pude apreciar cómo los hombres y mujeres del lugar aún hoy continúan viviendo con tan pocas necesidades externas, valiéndose únicamente de los recursos naturales del entorno.
Otro factor fundamental fue darme cuenta de que, contrariamente a lo que se piensa, estar bajo tierra no significa estar encerrado. La luz y el aire predominan por todo el ambiente.
Dificultades y posibles soluciones: arquitectura e innovación
No obstante, debo remarcar que el poder erosivo del agua fue, y continúa siendo, el mayor causante de derrumbes. Las copiosas lluvias generan que la arena de la montaña se desplace con facilidad.
Históricamente, las casas trogloditas actuaban como pozos sin que la tierra logre filtrar el enorme volumen de agua caído, lo que ocasionaba el desmoronamiento de las paredes y la caída de arena dentro de los patios.
Este acontecimiento, por lo menos a gran escala, se registró por última vez en las inundaciones de 1969 con importantes consecuencias para la población.
Resulta interesante reflexionar cómo se podrían aplicar diferentes tecnologías que solucionarían los problemas ocasionados por las lluvias. Por ejemplo, podría colocarse una cubierta móvil que permita cerrar la apertura del patio cuando hubiere tormentas. Se debería crear un sistema de desagüe que direccione el agua de lluvia hacia afuera para, posteriormente, almacenarla.
También sabemos que el patio era vital en estas construcciones porque permitía el ingreso de luz a la vivienda, mantenía el contacto con el exterior y permitía a sus habitantes ver el cielo desde dentro de la tierra. Esto da por tierra con cualquier plan de eliminar un espacio tan vital para el diagrama de la vivienda.
Resolver el ingreso de luz natural en edificaciones bajo tierra es un reto que aún hoy nos desvela como arquitectos, ya que pocas veces se dispone de amplias superficies exteriores.
Breve conclusión: arquitectura sustentable tradicional
En la actualidad, las pocas familias que residen allí incorporaron el hospedaje y las visitas guiadas a sus hogares tradicionales como parte de sus ingresos.
Esto dio lugar a que algunas de las casas trogloditas fueran convertidas en hoteles dentro de los cuales se puede vivir una experiencia única sin destruir el hábitat. Estas actividades son un claro ejemplo de cómo el turismo puede incorporarse a una comunidad sin modificar el modo de vida de sus habitantes.
En definitiva, resulta ineludible comenzar a entender las diferentes formas de la arquitectura sustentable y, por otro lado, contemplar las condiciones de emplazamiento en las decisiones de un proyecto, para poder construir con el menor impacto posible en el entorno.
Es verdad que las palabras «trogloditas» y «vernáculas» no tienen buena fama. No obstante, su significado es mal interpretado. Si llegaste hasta acá y querés leer más sobre mi experiencia de viaje, durante el cual participé y colaboré en varios proyectos de arquitectura sustentable, te invito a leer este post acerca de casas construidas con las técnicas de tapial y adobe en Marruecos.